Crisis (cíclicas) del Estado del Bienestar. ¿Quién da más?

Preguntaba esta mañana cómo es posible que Estado del Bienestar haya recibido críticas desde sus principios y desde todas las posiciones ideológicas y veíamos algo muy interesante: ya sea porque no interesa la construcción de sociedades menos desiguales o ya sea porque no se consigue, siempre se termina cuestionando la eficacia de los sistemas de protección social. O deslegitimándolos.




Lo que parece claro es que sea como fuere, cuando se reduce el crecimiento económico y la tasa de ganacia, hay una reacción inmediata desde posiciones ideológicas liberales (o neoliberales) advirtiendo de la necesidad de recuperar el crecimiento económico reduciendo el gasto público (que viene a ser un eufemismo para referirse a la reducción del gasto social y al replanteamiento de la "utilidad" del Estado del Bienestar).

Y es en estas tensiones críticas en las que se ha movido el Estado del Bienestar, adaptándose y reduciéndose o transformando los procesos productivos, pero siempre en el espectro político del centro-derecha-izquierda, o lo que es lo mismo, entre las manos de los socialdemócratas o lo demócratas cristianos.

¿Por qué se critica y se cuestiona el Estado de Bienestar en los momentos de crisis económica, financiera y de empleo?. Quizá por la facilidad a la hora de identificar "gasto", "cultura de la dependencia", "desincentivo", "falta de responsabilidad individual" como causas (y también consecuencias) de nuestros males.

Y en paralelo, ¿por qué es inviable desmantelar el Estado del Bienestar? Quizá por los excelentes resultados económicos que implica tener una mano de obra cualificada, sana y por la extensión del consumo de masas (tanto de bienes y servicios) como el atender a los sectores de la población menos favorecidos garantizando así una cierta paz social y las revueltas.




O por lo menos, parecía que era imposible desmantelarlo. El Estado del Bienestar sometido a críticas y cuestionamientos constantes, a readaptaciones, a reconfiguraciones, se convirtió en el elemento aglutinador, incluso identitario, para muchas generaciones y para los partidos políticos de corte socialdemócrata o conservador que gobernaron en Europa. Hasta la crisis de 2008 y la reacción neoliberal. Esperando la reacción socialdemócrata, miramos a Europa en un plazo corto de tiempo y apelamos a la ciudadanía. En España...el camino va a ser mucho más largo. Como siempre. Podéis "escuchar" más en Futuro abierto - Estado de bienestar, ¿en peligro?.

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